A pesar de objeciones de algunos críticos, existen pruebas que avalan la afirmación de que gran parte de la biblia se ha conservado sin cambios importantes hasta nuestros días. Quienes no están de acuerdo con estas afirmaciones apelan a circunstancias tales como traducciones de un idioma a otro, copiado de manuscritos, opiniones divergentes en dogmas y/o destrucción deliberada, la Biblia no ha llegado como un volumen completo. Hallazgos tales como manuscritos del Mar Muerto han mostrado que, en gran parte, esto sucedió antes del siglo I de nuestra era, aunque los textos encontrados allí y los conocidos hasta entonces sólo presentan cambios menores.
Ha habido otros textos relevantes relacionados con la Biblia "original", los libros apócrifos hallados en Egipto e incluso en China. Éstos han supuesto una nueva interrogante acerca de si está completo el cánon bíblico.
Los que defienden que las escrituras bíblicas están completas y son fieles se basan en la cantidad de copias idénticas que, desde tiempos remotos, se ha realizado de las mismas. Los copistas hebreos de las Escrituras fueron muy instruidos, los masoretas, que copiaron las Escrituras Hebreas entre los siglos VI y X solían contar las letras para evitar errores.
El erudito en la materia W.H. Green dice sobre las comparaciones entre textos antiguos y modernos lo siguiente:
Se puede decir sin temor a equivocarse que ninguna otra obra de la antigüedad se ha transmitido con tanta exactitud.