"Elifaz temanita" fue uno de los tres "consoladores" de Job.
Tras siete días y noches de silencio y quejas de Job, Elifaz habló condenando la actitud de Job y magnificando la grandeza, majestad y pureza de Dios.
El argumento de su discurso es la falsa idea de que el sufrimiento es castigo del pecado (véase Job 2:11; 4:1-5:27; 15; 22).
Véase el libro de Job, capítulo
cuarto.