Isaías, hijo de Amoz, pertenecía a una familia de alta posición social, según lo demuestra el acceso que tenía a la corte y al rey.
Llegó a ser predicador de la corte, se casó y tuvo dos hijos.
El capítulo 6 del libro de Isaías cuenta su llamado al oficio profético, en el cual se mantuvo activo aproximadamente del 740 al 700 A.C.
Aceptó este llamamiento aun cuando sabía que habría de ser trabajo estéril.
Contaba con la seguridad que Dios le hablaba, de que del reino caído habría de surgir uno nuevo en el cual reinaría Dios.
Murió durante el reinado de Manasés. Profetizó el padecimiento de Jesús (Cap 53).
Es el profeta de Israel mejor conocido, especialmente por sus pasajes mesiánicos (Isaías 7:14; 11; 53, etc.). (Véase Isaías, capítulo cuatro).