En la Biblia se menciona a Job como varón perfecto y justo, Job temeroso de Dios.
Fue hombre acaudalado y vivió en tierra de Uz. En medio de su abundancia, Dios le envió tribulación: perdió su riqueza, su familia fue destruida y perdió la salud.
En todo esto Job tuvo paciencia y firme confianza en Dios, aun ante las acusaciones de sus amigos. La aflicción abrumó a Job, pero dice el relato que "bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero" (Job 42:12).
Aunque padeció mucho, fue capaz de decir: "Yo sé que mi Redentor vive" (Job19:25).
El libro de Job narra la historia en forma épica. (Véase "Job" en el capítulo cuarto.)