Raquel, cuyo nombre significa "oveja", fue la hija menor de Labán (Génesis 29:6).
Jacob su esposo trabajó siete años para obtener su mano en matrimonio, pero fue engañado por Labán, quien lo hizo casar con Lea, la hermana mayor; de modo que Jacob tuvo que trabajar siete años más para obtener a Raquel.
Ella fue estéril durante varios años y después dio a luz a José. Cuando Jacob abandonó el servicio de Labán, Raquel hurtó los serafines (ídolos) de su padre, mediante los cuales esperaba atraer prosperidad para ella y su marido.
La primera impresión que Raquel produce es favorable; es atractiva por su personalidad, modales y vestido, y rápidamente conquista el afecto de Jacob; pero esta opinión cambia cuando hurta y miente respecto a los serafines de su padre.
Raquel murió al dar a luz a Benjamín, y su sepulcro está cerca de Belén. Referencias: Génesis 29-35.