Roboam ocupó el trono después de muerto su padre Salomón.
Por los torpes e impopulares impuestos que estableció; se produjo una división política en el reino unido.
Las diez tribus del norte formaron la nación de Israel. Roboam, con las tribus de Judá y Benjamín, mantuvo el dominio de la ciudad capital, Jerusalén, y formó una nueva nación: Judá, reino del sur.
Durante el reinado de Roboam, ya dividida la nación, Egipto logró invadir el país y tomar a Jerusalén y llevarse el tesoro del templo.
Durante el reinado de Roboam (c. 922-915 A.C.), comenzó la decadencia de la nación hebrea.