Arrepentiéntase, pídale perdón a su familia y comience de nuevo
Es tiempo de cambiar con nuestra familia y emprender un proceso de crecimiento juntos, con ayuda de Dios |
1.- Base Bíblica: Mateo 3:8; Ezequiel 18:30, 31; Proverbios 28:13
Introducción:
Julián
regresó a casa después de tres meses de separación. Un día cualquiera
creyó que no soportaba más la vida en pareja y decidió irse. De nada
sirvió el llanto de su esposa y los lloriqueos de sus hijitos que le
imploraban: “Papi, no te vayas.”
Su esposa lo recibió con una mezcla de alegría y molestia. Él al
principio no la comprendió, pero finalmente entendió que debería no solo
pedir disculpas sino ganarse de nuevo el amor de su esposa y de sus
hijos…
Damaris llamó a su esposo aquella mañana. Le pidió perdón. Lo hizo en un mar de llanto. “Sé que te fallé; perdóname. Quiero volver a tu lado.”
La relación se rompió cuando el descubrió un chateo de ella con un
desconocido en el teléfono celular. Ante los halagos malintencionados
del hombre, ella no levantó una barrera y prosiguió la conversación. El
incidente desembocó en una fuerte discusión y en la separación. David no
sabía qué contestar, por fin dijo: “Está bien, intentémoslo…” Pero
Damaris reconocería tiempo después que recobrar la confianza de su
marido no fue fácil.
¿Quién
no ha fallado con su cónyuge o los hijos? La mayoría, sin duda. Errar
es de humanos, pero lamentablemente con nuestras reacciones muchas veces
herimos a nuestros seres amados o tal vez con nuestras actuaciones. ¿Le
ha ocurrido? Si es así, ¿podría describir qué hizo para superar la
situación o aún sigue sin resolver el daño que le causó a su pareja y a
sus retoños en casa?
1.- Nuestra vida debe estar rodeada por acciones de cambio (Mateo 3:7, 8)
a.- Juan el Bautista llamó a los israelitas a comprobar su cambio mediante hechos concretos.
b.- Cuando hemos fallado en familia, debemos arrepentirnos y disponernos a cambiar
b.1.- Revise en qué ha fallado
b.2.- Dispóngase a aplicar correctivos a sus errores a nivel familiar
b.3.- Acciones
más que palabras. ¿La razón? Las personas a las que usted ha ofendido
no quieren palabras--que al fin y al cabo se las lleva el viento--sino
compromiso y acciones que reflejen el cambio.
2.- Resolver los conflictos en familia comienza con un sincero arrepentimiento
a.- Si
alguien le dijo que resolver los conflictos familiares era fácil, le
mintió. Y de igual manera si le dijo que bastaba con el paso del tiempo
para que sanaran las heridas.
b.- No resolver a tiempo los conflictos familiares, agiganta los problemas
b.1..- Enfrentar con responsabilidad nuestros errores, es el primer y más grande paso
b.2.- Haga un listado de cuántas faltas quizá cometimos y contra quiénes en casa
b.3.- Disponga su corazón con un arrepentimiento sincero.
Reflexione: No basta con decir “Perdóname” si no hay en medio un arrepentimiento que salga desde lo más profundo del corazón.
Le intivamos a considerar la siguiente apreciación del Consejero Matrimonial, Gary Chapman. Analícela con su pareja: “Si
herimos a nuestro cónyuge, debemos reconocer que aquello que hicimos
está mal, pero reconocerlo no es suficiente ni tampoco la disculpa, es
necesario corregir. También tenemos que trazar un plan para corregir
nuestra conducta con el fin de no lastimar, y de la misma manera, a la
persona amada. ¿Por qué no habríamos de hacerlo con la relación más
íntima que tenemos? El arrepentimiento es un aspecto vital de una
disculpa genuina. “(Gary Chapman. “Los 5 lenguajes del amor -
Devocionales”. Tyndale House Editores. 2012. EE. UU. Pg. 09/01)
3.- Para avanzar hacia el perdón se requieren tres pasos:
Arrepentimiento, pedir perdón y perseverar en la decisión de cambio (Ezequiel 18:30-32)
4.- Acciones de amor traen como consecuencia el perdón
a.- Quien pide perdón pero no acompaña su petición de cambio, no avanza en el proceso de sanar heridas en su familia
b.- Cuando desarrollamos acciones de cambio, recobramos la credibilidad con la familia
c.- Debemos perseverar porque quizá el proceso no resulte fácil
d.- El verdadero arrepentimiento acompañado por una decisión de cambio, comienza en el corazón.
e.-
Admitimos el error, nos ponemos en los zapatos de nuestro familia para
comprender el dolor que sintieron, y nos disponemos al cambio.
f.- En adelante no justificamos nuestros errores ni tratamos de minimizarlo.
Reflexione: Junto
con su pareja le invitamos a reflexionar en el siguiente texto de Gary
Chapman, el reconocido consejero familiar de fama internacional:
“De vez en cuando lastimamos a las personas que más amamos. Cuando nos
disculpamos, esperamos que la persona ofendida nos perdone. Podemos
alentar el perdón si nuestra disculpa incluye una declaración de cambio o
de arrepentimiento. “(Gary Chapman. “Los 5 lenguajes del amor -
Devocionales”. Tyndale House Editores. 2012. EE. UU. Pg. 10/01)
5.- Todos los seres humanos podemos cambiar, no en nuestras fuerzas sino con ayuda de Dios.
a.- Acompañamos la decisión de cambio al mostrar a nuestro cónyuge e hijos amor, respeto y consideración.
b.- Debemos perseverar si dispuestos a reconquistar el amor de nuestro cónyuge e hijos. ¡Hoy es el día para comenzar!
6.- Volver a la normalidad no será fácil pero persevere
7.- Si reconoce sus errores, confiéselo delante de su cónyuge y sus hijos (Proverbios 28:13)
a.- Una vez nos disponemos a cambiar, y perseveramos en el proceso, no podemos esperar que todo será un camino de rosas.
b.- Es probable que enfrentemos la molestia, intolerancia e incluso rencor de aquellos a quienes hemos herido en casa.
c.- En todos los casos debemos insistir y mantenernos firmes en el plan de cambio que nos hemos trazado.
d.- Debemos asumir la responsabilidad por nuestros errores.
e.- No podemos ocultar la cabeza en la arena como el avestrus pretendiendo que no ha pasado nada.
f.- Debemos encarar las consecuencias de nuestros errores y perseverar en la búsqueda de soluciones.
Reflexione: Junto con su pareja, reflexione en la siguiente apreciación del autor y conferencista, Gary Chapman: “Una
disculpa eficaz requiere la voluntad de cambiar nuestro comportamiento…
cuando no admitimos nuestras faltas--ya sea hacia Dios o hacia nuestro
cónyuge-- no podemos esperar un buen resultado. Cuando admitimos la
ofensa que causamos, y formulamos un plan para evitar incurrir en la
misma situación de nuevo, el perdón es posible. “(Gary Chapman. “Los 5
lenguajes del amor - Devocionales”. Tyndale House Editores. 2012. EE.
UU. Pg. 10/01)
Conclusión:
Si
dejamos atrás el comportamiento errado y pecaminoso, ese comportamiento
que ha causado tantas heridas a la pareja y a los hijos, Dios nos ayuda
en el proceso de cambio. Recuerde que Él cambia nuestro corazón,
modifica nuestra forma de pensar y de actuar y nos acompaña en el
paso-a-paso orientado al mejoramiento personal, espiritual y por
supuesto, familiar.
No
podríamos terminar este tiempo de reflexión sin antes hacerle una
invitación: Que reciba a Jesús como su Señor y Salvador. Puedo
asegurarle que no se arrepentirá, y que, además, prendidos de las manos
del Maestro avanzaremos a pasos sólidos en el proceso de cambio y
crecimiento personal, espiritual y familiar.
Preguntas para la discusión en grupo al terminar el Taller de Parejas:
a.- ¿Recuerda algún incidente que desencadenó una discusión en pareja o con los hijos, y que aún no logra olvidar?
b.- ¿Recuerda por qué se originó la situación conflictiva?¿Tuvo quizá usted la responsabilidad?
c.- ¿Ha hecho algo orientado a resolver ese conflicto que le atormenta?
d.- ¿Está realmente dispuesto a resolver su situación y a cambiar?
e.- ¿Qué se comprometería a cambiar en su vida con ayuda de Dios
f.- ¿Estaría dispuesto a acudir a sus seres amados para pedirles perdón si les ha causado daño?
g.- ¿Qué significan para usted textos como Mateo 3:7, 8; Ezequiel 18:30-32 y Proverbios 28:13?
Oración para terminar:
“Padre
amado, te damos gracias porque cada nuevo día podemos ver tu obrar
poderoso en nuestras vidas. Si damos nuevos pasos de victoria como
familia es porque tu nos permites. Descubrimos cada nueva mañana que
estás junto a nosotros y es gracias a ti que podemos avanzar. Te pedimos
estés siempre reinando en este hogar, en el Nombre de tu Hijo amado
Jesús. Amén”